lunes, 25 de octubre de 2010

EL SOL TAMBIÉN SE PONE EN LOS MONTES DE ALBELA



Después de pasar un verano caluroso, dicen que hacía 40 años que no hacía tanta calor y no pasaban tantos días sin llover, allá por el día 23 de agosto llegaron por fin la nubes. Como siempre, esta bonanza, era la alegría de unos y la preocupación de otros, bien para el turismo y malo para los que necesitaban regar prados para el ganado, bien para los que luego recogen la uva, mal para los que recogen el trigo tardío. Esperemos que haya sido bueno para todos.

Después del olvido que parece llegar cuando marchan aquellos que se establecen durante el verano, el sol siempre trae los recuerdos de aquellos que desde la lejanía tienen la "morriña" de la tierra. Muchas veces estos recuerdos se producen cuando se reunen en la celebraciones varias y varios paisanos, o en momentos tristes en los entierros o en misas de aniversario de difuntos. A veces queda la sensación de que cuando el viento mueve los árboles al final del atardecer son los pensamientos y los deseos de volver a las tierras, o que las aves que sobrevuelan las laderas de las montañas trasladan las vistas que recogen desde las alturas hacia aquellos que sueñan con el lugar. Siempre hay un espacio de tiempor en el que se olvida la soledad, y luego entras en la casa a terminas las tareas o a descansar.

Yo creo que el Sol tiene mucho que ver en ello, como miles de años atras, atraía tribus de otros lugares buscando donde se escondía el Sol, o posteriormente a los peregrinos del Camino de Santiago. En fin el Sol también pasa y se pone por los Montes de Albela.

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