sábado, 12 de marzo de 2011

LAS CUEVAS DE LOS MONTES DE ALBELA

Siempre me atrae con curiosidad la vida que pudo existir en las cuevas que existen en los Montes de Albela. Muchas son naturales, otras fueron creadas por los hombres (la orografía del terreno lo permite), algunas con el tiempo han desaparecido o fueron tapadas a propósito o la naturaleza se ha encargado de ocultarlas, ¿quién sabe que secretos o historias esconderán?
Pensar como hubieran vivido la gente de la prehistoria ocultándose de las inclemencias, huyendo de tigres rinocerontes u osos; en la época castreña probablemente se combinara la vida entre las chozas de los castros con la de las cuevas si tuvieran que huir de ataques de otras tribus o de animales o por motivos climáticos; las tribus prerománicas también las utilizarían para cobijarse (algunas con sus príncipes celtas); en la época de los romanos éstos también pudieron construir algunas para residir (sus calzadas, casas, baños o palacetes no se los encontraron hechos); en la época en que los musulmanes atacaban el norte si la guarnición del castillo de Torés hacia cientos de presos y no había lugar en el castillo ¿dónde los recluían?, probablemente en cuevas; en la época más brillante del castillo de Torés si no había suficiente espacio entre el castillo y las aldeas para acoger los soldados y personas de servicio, probablemente utilizarían las cuevas para residir o almacenar. En fin podríamos buscar motivos relacionados con crecimientos demográficos, concentraciones de poblaciones, motivos de lucha y defensa, motivos climáticos, u otros. Como curiosidad algún vecino labrando descubrió un túnel entre el castillo de Torés y el castro. También podríamos encontrar motivos para hablar de ellas en la ocupación francesa y las luchas después para reconquistar el terreno, probablemente en las guerras carlistas, y también en las historias de bandoleros del siglo XIX y principios del XX. Tampoco deberíamos olvidarnos y durante muchos siglos, de los peregrinos, sobre todo aquellos que se perdían por el camino.
La más reciente tuvo que ver con la posguerra española, después de los tres años reconocidos (1936-1939), se produjeron alrededor de veintitrés años de guerra de guerrillas (1942-1965) desde que se formó la federación de guerrillas leonesa-gallegas en la zona colindante del Bierzo, hasta que fue abatido el último guerrillero gallego y español (apodado “O Piloto” en Chantada. El último foco de resistencia de las guerrillas en España se ubicó entre Piedrafita, Becerreá, Navia, Baralla, Láncara Sarria, Monforte de Lemos, y lógicamente en el centro de estas poblaciones se encuentran los Montes de Albela. Es de suponer que los guerrilleros las utilizasen las cuevas existentes o incluso crearan algunas nuevas para esconderse, guardar material, comunicaciones, enlaces, o defenderse. Las gentes que residieron en esa época se pudieron ver bastante involucradas en la actividad de uno u otro bando, sufriendo consecuencias inimaginables ¿quizás fue un motivo del último gran éxodo?

Hubo un episodio similar al final del siglo XV donde parte de la nobleza gallega se rebeló contra los Reyes Católicos por las exigencias para sofocar la rebelión de la Santa Irmandade. Uno de esos líderes de la nobleza gallega fue el señor del castillo de Torés lo que trajo bastante desgracia a la zona, donde como castigo se perdieron bastantes derechos, que solo se recuperaron con posteriores matrimonios con nobles leoneses.

Podría ser una acepción para la expresión “La Galicia profunda”, ¿nos quitaremos esta etiqueta alguna vez?

Hasta aquí tenemos el pasado, ahora en el presente se acercan las elecciones municipales, y como en muchos sitios olvidados por los políticos y ante una población desencantada, la lucha de los partidos para captar votos se centra en buscar personas más o menos conocidas aunque no estén afiliadas y se olvidan de ofrecer un proyecto viable para la comarca. En este aspecto los Montes de Albela no son diferentes, los votos son para varios concejos o ayuntamientos, y aquí parece que puede llegar a situaciones límites o extremas que pueden ser lamentables o desastrosas para algunos vecinos.
Parece ser que los que representan a la Xunta por un lado y a la Diputación de Lugo por otro, cada uno de un color, andan buscando desesperadamente personas independientes en sus listas que capten la simpatía de los votantes; y para ello, no dudan en ofrecer el “oro y el moro”, y lo que es peor, amenazando y chantajeando con afectar o perjudicar en la forma de ganarse la vida de los o las posibles candidatos o candidatas y la de su cónyuge, es decir personas nacidas y criadas en los Montes de Albela y con hijos, podrían verse forzadas a tal ves ¿esconderse en las cuevas?, ¿a emigrar a otras comunidades en España o tal vez al extranjero?, sino aceptan participar en una candidatura. Espero que no pase de un mero calentón y se disipe rapidamente.

Para el presente y el futuro, creo que los políticos por un lado, si alguien no quiere participar en su candidatura respetar su decisión y no meterse en su vida, y si lo quieren captar ofrezcan un proyecto de futuro para zona; y por otro lado no olvidar la historia reciente, ahora que está tan de moda, no permitiendo situaciones que luego se les escapen de las manos, por culpa de algunos personajes (a distintos niveles de la sociedad) que dicen actuar en nombre de un grupo, y los acontecimientos no desemboquen en episodios como los de hace sesenta o setenta años, donde la persecución a los del bando contrario llegó a situaciones extremas, como las contadas en algún artículo aparecido en la revista Interviu publicado en los años ochenta y situado en los Montes de Albela, da igual del color que sea. Si queremos que crezca la zona debemos aprender a confiar unos en los otros, reciclar a los políticos, y no excluir al resto por su ideología.

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