sábado, 28 de enero de 2012

OTRO INVIERNO EN LOS MONTES DE ALBELA

Amanece de nuevo, la niebla no deja ver el sol pero ya se ve todo blanco, el frío de nuevo a helado la escarcha. Este año llevamos muchos días así, desde antes de la Navidades, quizás de este fenómeno venga el significado del nombre de Albela. Este 2012 ya nos ha visitado también la nieve aunque no cuajó, algunos por precaución no se acercaron a la feria de Becerreá.
Poco a poco va desapareciendo el olor de la preparación de los embutidos caseros, las castañas y nueces se van acabando o ya hay que echarlas al fuego porque se van estropeando.

Este año que ha pasado nos han dejado algunos mayores y otros no tanto, es curioso como los que vienen de fuera a acompañar en la despedida perciben el aroma de la chacinera nueva, algunos hasta se quejan de que se impregne en la ropa, es lo que hay. Para aquellos que se marcharon una oración y deseo de que encuentren una mejor vida, y para sus familias y amigos un abrazo y todo mi cariño. La vida sigue.

En este tiempo con el tiempo tan frío es época de estar alrededor de un buen fuego, viendo como se cuece el caldo, cocer pan y empanadas, charlar de las cosas que han pasado y de preparar los planes para el futuro,; siempre surge algún tema, misterios, anécdotas, historias, vivencias, trabajo, estudios, viajes, relaciones, algún premio de loterías o quinielas, lo bien o mal que le van a algunas personas, intereses, política, objetivos, como se pueden mejorar las cosas, problemas cotidianos, comidas bebidas, fiestas, celebraciones, fútbol y otros deportes; aunque algunos siempre acaben hablando de lo mismo.

A veces noticias del presente te hacen recordar vivencias del pasado, como por ejemplo los terremotos de la isla dy hierro, y los que se vivieron aquí hace ya unos once años. Sobre todo por la actuación de las administraciones. Allí desplazaron científicos, ejército y hasta dos ministros, aquí los medios lo obviaron, y prácticamente no vino nadie, repararon las iglesias y edificios públicos pero las casas particulares todavía siguen sin repararse, como en Guilfrei. Lo mismo pasó con el tema de las “vacas locas” y el tratamiento del “chapapote”, el tratamiento mediático las ayudas públicas y la ayuda desde todos los lugares del mundo, hizo que el tratamiento fuese muy desigual, donde una vez más mientras unos se les trata como afectados y no se les cuestiona el producto (no quiero desmerecerlo sobre todo por su esfuerzo en recuperar el entorno), otros parece que se les criminalice cuestionando por cuatro cabezas de ganado malas el producto de miles de cabezas.

Es malo vivir anclado en el pasado, el pasado es historia pero tampoco hay que olvidar las experiencias, y saber sacar conclusiones que permitan mejorar el presente no tropezando con los mismos errores, el presente (que también significa regalo) hay que vivirlo porque es lo que tienes, y el futuro está bien trabajar por mejorarlo y por ello utilizando el símil hay que sembrar para recoger, aunque incierto no hay que olvidarse de él tampoco. Entender el pasado, nos tiene que hacer vivir un mejor presente y no tenemos que descuidar el futuro. Antes las familias vivían en un entorno mas o menos cerrado con una economía agrícola de subsistencia, hoy en día con las comunicaciones, las nuevas tecnologías, es mas abierto, trabajas los recursos de forma profesionalizada, tus hijos pueden ir a la universidad y vivir en casa, hay otras opciones como el eco-turismo, e incluso se han planteado otras opciones (con distinto impacto en el entorno) como un parque eólico o gestionar parte de los montes como un parque natural.

Todo es posible mientras vivan gentes en los Montes de Albela, porque siempre ha de quedar alguien para contarlo, alguien que sirva de referencia a los que se marcharon y estos encuentren un lugar a donde regresar.

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